Cualquier material puede reducir el sonido, incluso en el mismo aire se va perdiendo poco a poco. Lo que realmente más importa es la masa que se interpone en la transmisión del sonido. Por conveniencia de espacio se prefieren materiales más densos, como los metales pesados o concreto, de lo contrario, requeriremos de paredes demasiado gruesas para tener un buen aislamiento.
Por ejemplo, supongamos que tenemos un material de una densidad de 1000Kg/m3 y hacemos una pared de 0,1m de espesor, tendrá un aislamiento muy similar en un rango de frecuencias amplio que si usamos un muro de 500Kg/m3 y un espesor de 0,2m, eso por la ley de masa de la acústica. Una creencia errónea es que podemos aislar el sonido usando espuma acústica sobre la pared u otros materiales poco densos y delgados. Eso no funciona, sólo atenúa las reflexiones, algo que puede ayudar un poco, pero casi nunca es suficiente. Hay un caso en el que es útil usar la espuma acústica, pero no se usa sola, ese caso es el muro doble, eso lo explico en el artículo de cómo hacer aislamiento con espuma acústica.